HISTORIA DE LA JOYA: Art Nouveau
El art nouveau, modern style, modernismo o sezession, distintos nombres que tomó dependiendo del país, hace referencia a un estilo de carácter renovador que surgió alrededor del año 1890 y duró hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Europa vive en la Belle Époque, es un momento de bonanza económica, de optimismo por el progreso, por los avances científicos y tecnológicos (es la época del Titanic, para entendernos) y entre este amor por la tecnología surge este movimiento que busca una vuelta al trabajo artesanal como garantía de calidad.
Imagen: René Lalique, 1901. Broche de oro, piedra luna, perla, diamantes y esmaltes.

El Art Nouveau surge muy influido por el movimiento Arts and Crafts que había aparecido una década antes en las Islas Británicas y que, siguiendo las ideas de John Ruskin y William Morris, rechazaba los objetos realizados industrialmente, considerados de poca calidad técnica y de diseño, y abogaba por una producción artesanal así como por una vuelta a la naturaleza como fuente de inspiración, abandonando los historicismos del Romanticismo.
Otra característica muy importante de este movimiento, que el Art Nouveau tomará como máxima, es la aspiración a hacer un arte global, que abarque todos los niveles (Esto lo vemos muy bien en Gaudí, que diseñaba hasta los pomos de las puertas de sus casas) y que se integre en todos los ámbitos de la sociedad.
Ninguno de los dos movimientos conseguirá esta última máxima ya que la producción artesanal así como el uso de materiales naturales, encarecerán tanto el producto que será sólo asequible por las clases altas.
Imagen: George Fouquet. Adorno para el pelo 1905. Realizado en concha de tortuga, esmalte y ópalos.

Es un arte colorista, naturalista y simbolista en el que los motivos representados tendrán un significado: así la lechuza representará el subconsciente (Las ideas de Freud están extendiéndose), la serpiente la sexualidad, los insectos la tierra y la metamorfosis, el pavo energía.... hasta llegar a la mujer prerrafaelista, la mujer ninfa, sensual, de cabellos largos como las representaciones de Alfons Mucha.
Las flores, asociadas a la fuerza de la naturaleza y a la feminidad será un tema recurrente, así como la elección de los materiales por su valor artístico (cromático, lumínico, evocativo...) más que por su valor intrínseco; por ello vemos cornamenta, oro o topacios en una misma pieza. Las aves serán también muy representadas ya que sus plumajes se prestaban a ser continuados con formas sinuosas que tanto gustaban.
Imagen: Cartel realizado por Alfons Mucha para Sarah Bernhardt

René Lalique fue el máximo representante de la joyería Art Noueau; sus piezas seguían las premisas del estilo, creaba objetos con movimiento, evocativos, mezclando materiales y que se elevaban a la categoría de obras de arte. Esto es importante ya que no eran tanto joyas para llevar puestas debido a sus grandes dimensiones (¡el pectoral de serpientes mide 21x14 cm!) sino más bien para coleccionar.
Otra vez hay que ponerse en contexto y recordar a época en la que estamos, estas piezas eran muy extravagantes y no gustaban a todos los sectores de la sociedad; de hecho, sus mayores clientas eran actrices que llevaban sus piezas en representaciones, como Sarah Bernhardt, que hemos visto representada por Mucha.
En España, Masriera el representante del movimiento.
Imagen: Luis Masriera, colgante en oro esmaltado, diamantes y perlas representando una mujer hada.

Hay un artículo interesantísimo realizado por Google Arts & Culture sobre este pectoral de René Lalique en este enlace
Mis agradecimientos como siempre a Asunción Soler por sus clases de Historia de la Joyería de la Escuela de Arte 3 de Madrid.